Explicación de esquema de principio:
Se dice que existe demanda térmica cuando el edificio pide calor, frío o agua caliente sanitaria (ACS).
Los termostatos pueden estar en posición de frío o calor. Cuando cualquiera de ellos pide calor, el sistema se pone en marcha activando la bomba correspondiente, los actuadores del suelo radiante y posicionando la válvula mezcladora. Si por el contrario demandan frío ocurre lo mismo pero la bomba de calor tiene que estar en modo enfriamiento pasivo (el agua circulará por el pozo e intercambiará calor con el circuito de calefacción; será un intercambio térmico agua-agua, sin que el equipo frigorífico se ponga en marcha). Si la temperatura de ACS es menor a la consigna la bomba calor cargará el depósito.
Los termostatos Tibox tendrán que estar configurados en la opción 2 frío/calor. Este modelo tiene 2 puntos de consigna para calor (confort y reducido) y 2 para frío. Se pueden programar horarios de conmutación semanales y están preparados para el control de suelos radiantes.
Si la bomba de calor esta posicionada en modo calor el termostato solo intervendrá cuando la temperatura ambiente este por debajo de la consigna deseada en ese momento. Por el contrario cuando la bomba de calor este en frío el termostato actuará cuando la temperatura ambiente sea mayor que la consigna.
Cada termostato actúa sobre un relé y éste a su vez sobre los actuadores térmicos de las zonas de suelo radiante asignadas y sobre el relé de demanda RD.
Las zonas de calefacción son dos, planta baja (RL1, Vz1) y planta 1ª (RL2, Vz2).
La bomba de calor mantiene el depósito de inercia a una temperatura que es la resultante de una curva de calefacción en función de la temperatura exterior. Es muy importante ajustar bien esa curva, porque cuanto mas baja sea la temperatura del depósito más eficiente será el sistema. Cuando la calefacción es por suelo radiante y estando el edificio bien aislado térmicamente, es recomendable establecer periodos de confort diarios de larga duración en los termostatos( 8 ó 9 horas). El resto del día será difícil que descienda la temperatura interior más de 1.5ºC desde la consiga de confort.
Cuando existe demanda de calor en la vivienda el sistema acciona la bomba B1,la temperatura de impulsión se refleja en la sonda VF2.
Independientemente la bomba de calor mantiene el depósito de inercia a la temperatura adecuada dentro de los ciclos horarios que se pueden fijar para la producción, que deberán de ser acordes con los horarios fijados en los termostatos. La bomba BI de la bomba de calor geotérmica se pone en marcha. La válvula V1 se posiciona en modo calefacción.
A su vez la bomba BP se activa y comienza a mover agua a través de la tubería del interior del pozo. En el interior de la bomba de calor geotérmica existen dos intercambiadores de calor.Su misión es intercambiar el calor entre el agua del circuito de calefacción por un lado y la resultante entre el agua del circuito del pozo y el fluido refrigerante de la bomba de calor por el otro.
La producción de agua caliente sanitaria siempre tiene prioridad sobre la calefacción. En caso de existir demanda de agua caliente de consumo, V1 se posiciona para trabajar contra el depósito de ACS.
Cuando existe demanda de refrescamiento en la vivienda y la bomba de calor está en modo frío, (enfriamiento pasivo) el sistema funciona intercambiando el calor del suelo radiante con el agua fría de los pozos en el intercambiador. La válvula SK2P cambia a modo verano. En cada una de las zonas que se deseen refrescar habrá que cambiar el termostato a modo frío; si alguno de ellos se queda en modo calor no funcionará. La producción de ACS sigue teniendo prioridad, funcionando como en el invierno.
Hay que destacar que en este modo de funcionamiento el consumo eléctrico es muy bajo, ya que tan solo funcionan las bombas. La bomba de calor está parada ya que el enfriamiento se realiza con el agua de los pozos.
La fracción de subsuelo en la que se encuentra el pozo, que se ha ido enfriando durante el invierno, ahora suministra agua fría para refrescar la vivienda, situación que resultará muy favorable en el invierno siguiente puesto que el terreno, de nuevo, habrá aumentado su temperatura y por tanto su carga energética.